lunes, 7 de marzo de 2011

El sexo, el baloncesto y la religión

Curiosa la historia que nos llega desde Estados Unidos. Uno de los mejores jugadores del equipo de básquet de la universidad de Brigham Young, Brandon Davies, ha sido excluido del conjunto por reconocer públicamente que mantuvo relaciones sexuales con su novia.

En cualquier parte del mundo este caso no tendría trascendencia, pero resulta que el código de honor de esta universidad de Utah, exige a sus pupilos a vivir “una vida casta y virtuosa”, por lo cual está absolutamente prohibido mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio. También se pide a los alumnos de Brigham Young que sean honestos, que se abstengan de consumir alcohol, tabaco, café, té y cualquier otra sustancia prohibida, así como ir a misa asiduamente y asistir a clase perfectamente afeitado.

El jugador ha pedido perdón públicamente, pero tal y como han comunicado funcionarios de la universidad, Brandon Davies no volverá a jugar en los Brigham Young Cougars, el equipo de la universidad.
El propio entrenador del equipo, Dave Rose, a pesar de tratarse de uno de sus mejores jugadores, quiso apoyar la medida tomada por los mandatarios de la universidad: “todo el mundo que viene a esta universidad, sea deportista o no, firma un compromiso. No voy a juzgar si los códigos están bien o mal, pero son un compromiso y hay que cumplirlos”. Por su parte, Jimmer Fredette, otra de las estrellas del equipo, reconoció que Davies pidió disculpas al equipo y que “nosotros tratamos de hacerle ver que en la vida todos cometemos errores”.

Para los amantes del espectáculo, este hecho nos perjudica notablemente ya que el BYU partía como uno de los favoritos de hacerse con el título de la NCAA, la liga universitaria estadounidense. Esta liga es la antesala de la NBA, de donde salen los futuros “craks” y uno de los eventos deportivos más seguidos y de mayores beneficios para las televisiones que lo emiten del país.
De hecho, en el primer partido que BYU disputó sin Davies, los de Utah no fueron capaces de ganar. Quizás echaron de menos los números del alero, que promediaba 11 puntos y seis rebotes por partido.


1 comentario: