Ha sucedido. La ilusión por el baloncesto ha regresado a la ciudad que nunca duerme y lo ha hecho a lo grande. Por fin, los New York Knicks, la segunda potencia económica en cuanto a las franquicias de la NBA se refiere ha dado un golpe en la mesa, y ha conseguido firmar a la mega estrella Carmelo Anthony. La alegría para los neoyorquinos es doble, ya que no sólo va a vestir su camiseta un “golden boy” (formaba parte del quinteto titular del equipo olímpico de Pekín 2008), además Melo es natural de Brooklyn, lo que le convierte en una insignia para el club.
El traspaso llega después de varios meses de negociación, en los cuales Anthony ha sonado para todos los equipos que contaban con límite salarial como para contratarle, pero en su cabeza él lo tenía claro desde el principio. En su presentación el jugador argumentaba que solamente le interesaba jugar en un sitio: “en su casa”.
El traspaso con los Denver Nuggets no finaliza con Melo, ya que también aterriza en la gran manzana “BigShot” Chauncey Billups, todo un campeón del mundo en el pasado Mundobasket de Turquía y uno de los bases más valorados de la NBA. A cambio, los Knicks no han tenido reparos en desprenderse de cuatro de sus titulares como Felton, Gallinari, Chandler y Mozgov.
Con este golpe de efecto los Knicks culminan un proyecto que comenzó en verano, cuando otra estrella como Amare Stoudemire llegó a New York para enderezar el rumbo de unos Knicks que en el último lustro no ha hecho más que dar tumbos. De hecho, muchos de los rivales de la Conferencia Este ya han señalado a los Knicks como serios aspirantes al título, algo que sería una buena noticia para una franquicia que cuenta con alto prestigio y reconocimiento mundial a pesar de sus dos únicos títulos logrados (los del 70 y el 73).
Pero para regocijo de los fans de los Knicks de todo el mundo, esto no acaba aquí, ya que últimamente a las estrellas de la NBA les gusta estar en “constelaciones”. Al igual que pasó en verano con los “Beach Boys” de Miami y el traspaso conocido como el “Lebronazo”, otras estrellas (suena el mediático base Chris Paul) podrían recalar en el equipo para formar un conjunto con serias aspiraciones al título. Habrá que esperar para ver si Celtics y Lakers tienen por fin un rival de nombre.
Imagen obtenida de NBA.com
El traspaso llega después de varios meses de negociación, en los cuales Anthony ha sonado para todos los equipos que contaban con límite salarial como para contratarle, pero en su cabeza él lo tenía claro desde el principio. En su presentación el jugador argumentaba que solamente le interesaba jugar en un sitio: “en su casa”.
El traspaso con los Denver Nuggets no finaliza con Melo, ya que también aterriza en la gran manzana “BigShot” Chauncey Billups, todo un campeón del mundo en el pasado Mundobasket de Turquía y uno de los bases más valorados de la NBA. A cambio, los Knicks no han tenido reparos en desprenderse de cuatro de sus titulares como Felton, Gallinari, Chandler y Mozgov.
Con este golpe de efecto los Knicks culminan un proyecto que comenzó en verano, cuando otra estrella como Amare Stoudemire llegó a New York para enderezar el rumbo de unos Knicks que en el último lustro no ha hecho más que dar tumbos. De hecho, muchos de los rivales de la Conferencia Este ya han señalado a los Knicks como serios aspirantes al título, algo que sería una buena noticia para una franquicia que cuenta con alto prestigio y reconocimiento mundial a pesar de sus dos únicos títulos logrados (los del 70 y el 73).
Pero para regocijo de los fans de los Knicks de todo el mundo, esto no acaba aquí, ya que últimamente a las estrellas de la NBA les gusta estar en “constelaciones”. Al igual que pasó en verano con los “Beach Boys” de Miami y el traspaso conocido como el “Lebronazo”, otras estrellas (suena el mediático base Chris Paul) podrían recalar en el equipo para formar un conjunto con serias aspiraciones al título. Habrá que esperar para ver si Celtics y Lakers tienen por fin un rival de nombre.
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